El Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad publicó la semana pasada los datos oficiales de los abortos en España en 2016, que alcanzan los 93.131 abortos en los 201 centros notificadores, de los que dos están en Castilla-La Mancha. El 11,73% de los abortos realizados se llevaron a cabo en centros públicos y el 88,26% en centros privados.
En 2016 el 69,77% de los abortos se practicaron con ocho o menos semanas de gestación; el 24,06 % entre 9 y 14 semanas y 5,95% entre 15 y 22 semanas de vida. Asimismo del total realizados el 89,67% fueron a petición de la mujer.
Por lo que se refiere al perfil de las mujeres que abortan en España, el 65,79% tienen nacionalidad española, de una horquilla de edad fundamentalmente de entre 20 y 39 años.
España se muere
Desde Cáritas Diocesana de Toledo se valora con preocupación estos datos que supone el acabar con la vida de 93.131 inocentes, unas cifras que se mantienen en relación a 2015, en una sociedad en la que hay más muertes que nacimientos. En 2016 nacieron 408.384 niños, 11.906 menos que en 2015. En 2016 por segundo año consecutivo el número de muertes superó al de nacimientos. Con ese panorama, la pregunta es cómo una sociedad puede permitirse el aborto, con 93.131 muertes, cuando España necesita nacimientos, y donde está comprometiendo el futuro del país, el mercado laboral o el futuro de las familias.
Por este motivo y porque la vida es un don, desde Cáritas Diocesana de Toledo se lucha por el Sí a la Vida, con Proyecto Mater, un proyecto que atiende y acompaña a mujeres en riesgo de aborto o post aborto y que ha hecho posible que nazcan 70 bebés y 12 rescates.
Desde Cáritas Diocesana de Toledo se recuerdan las palabras de San Juan Pablo II cuando escribía la Encíclica “Evangelium Vitae” en la que señalaba que «la vida humana es sagrada porque desde su inicio comporta la acción creadora de Dios» y permanece siempre en una especial relación con el Creador, su único fin. Sólo Dios es Señor de la vida desde su comienzo hasta su término: nadie, en ninguna circunstancia, puede atribuirse el derecho de matar de modo directo a un ser humano inocente». El ser humano es siempre sagrado e inviolable, en cualquier situación y en cada etapa de su desarrollo. Por lo tanto «ninguna palabra puede cambiar la realidad de las cosas: el aborto procurado es la eliminación deliberada y directa, como quiera que se realice, de un ser humano en la fase inicial de su existencia, que va de la concepción al nacimiento» (EV 58).
El Sí a la Vida, penalizado
Asimismo desde Cáritas Diocesana de Toledo se solicita al Estado, a todas las Administraciones Públicas y a todos los partidos políticos que no miren para otro lado ante los atentados contra la vida de los inocentes no nacidos, favoreciendo leyes que animan a acabar con la vida humana.
En este sentido señala que la defensa de la vida humana en España está penalizada, tal y como se pone de manifiesto, en la falta de ayudas públicas a proyectos, como Proyecto Mater, una iniciativa de apoyo a la mujer y a la vida que no cuenta con subvenciones públicas por el hecho de defender la vida.
Por otra parte, destacar que el aborto es una forma de violencia contra la mujer por las innumerables secuelas que sufren, de ahí que desde Proyecto Mater también se ofrezca el apoyo y el acompañamiento necesario para superar el Síndrome Postaborto.
Gabinete de Comunicación