¡Hola!¿Cómo estáis?
Mi nombre es Javi y os escribo esta carta desde el cielo. Llegué aquí hace unos meses, y no sabéis lo bien que se está. Juego todo el día entre las nubes, el arco iris y ¿Sabéis cuál es mi momento y mi lugar favorito? Cuando la Virgen María me coge en sus brazos y me acurruca en su pecho…¡es tan guapa y tan buena!.
Como os decía, llevo solo unos meses aquí. Hace un tiempo mi papá y mi mamá se conocieron. Estuvieron muy poquito tiempos juntos. Luego yo aparecí en la tripita de mamá. Pero papá se marchó y dijo que no quería estar con nosotros.
Mamá estaba estudiando y a veces pensaba que si me tenía a mí, no podría seguir estudiando. Ella es muy buena estudiante ¿sabes? Está casi acabando la carrera. Saca muy buenas notas y sus compañeros la quieren mucho. A veces mi mamá pensaba en seguir adelante con todo: que yo creciera en su tripita, y al mismo tiempo ella siguiera estudiando. Pero… otras veces, otros días, ella pensaba que era mejor que yo no naciera porque aunque mis abuelos la quieren mucho, tampoco ellos estaban seguros de que mi nacimiento fuera una buena idea.
Ella fue a ver a una señora que se llama trabajadora social y ella le dio un teléfono. Le dijo que ese teléfono era de Proyecto Mater y que ellos podían escucharla y tratar de ayudarla.
Aunque mamá no trabajaba, los abuelos podían ayudarla con todo. Mamá tenía casa, ropa, libros, pero mi mamá necesitaba que alguien le diera fuerzas para seguir con el embarazo.
Entonces un día, llamó a Proyecto Mater. Ellos vinieron a verla a una cafetería. Traían un muñequito que ¡era como yo, sólo que de plástico!. Mamá cuando lo vió se quedó muy impresionada. Ella no pensaba que yo ya tenía brazos y piernas. Entonces decidió que sí, que yo era su vida.
Poco a poco la tripita de mamá iba creciendo, porque yo me estaba haciendo mayor dentro de ella. En una de las visitas que mamá hizo al médico, este al hacerme la revisión puso una cara muy raro, muy preocupante. Algo no marchaba bien. Después de que me viesen muchos médicos le dijeron a mamá que yo estaba enfermo y que era mejor que no naciera. Pero mamá y mi familia ya me querían.
Gracias a Proyecto Mater y a una psicóloga mi mamá siguió adelante, con mucha fuerza. Tanta fuerza que impresionaba a los médicos, hasta que yo nací. Mi nacimiento no fue sencillo, pero nací y llegué a ver la cara de mi mamá y mi mamá a mí. Qué alegría. Me metieron en una especie de tienda de campaña transparente donde había muchos aparatos que harían que yo poco a poco me pusiera bien, pero no fue posible. Yo solo recuerdo que poco a poco, empezaron a salirme unas alitas en la espalda y empecé a subir hacia el cielo. Mamá lloraba pero no podía acercarse a mí.
La tristeza y el dolor de mamá poco a poco se fueron transformando en paz. Había mucha gente rezando por los dos. Los de Proyecto Mater llamaron a mucha gente para que rezara. El milagro que consiguieron con su oración fue que yo pudiera nacer y que mamá en el fondo estuviera con mucha paz por haber permitido que su hijo, viniera a este mundo.
Ahora desde el cielo la cuido mucho. Y también cuido de mis abuelos y de mi papá y de todos los niños.
Pero ¿Sabes una cosa? En Proyecto Mater necesitan dinero para poder seguir ayudando a mamás que como la mía, tenían mucho miedo y preocupación en su embarazo. Ahora con 1 euro por la vida podemos hacer ayudarles. Tenemos que romper la hucha para traer a clase un dinerito que les ayude a seguir adelante.
¿Lo harás por mí? Estoy seguro de que si.
Desde el cielo te lo agradeceré mucho.
¡Gracias por ayudarme a DEFENDER LA VIDA!