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Cuando era una adolescente, mi novio y yo concebimos un hijo. ..el pánico y la desesperación se apoderó de ambos. En secreto y por un amigo contactamos con alguien que «nos ayudaría a solucionar el problema «. La solución : el maldito aborto. Y sí, lo hicimos y ya nada fue igual, porque con mi pequeño se marchito mi vida como una rosa que se arranca del rosal. Depresiones, autodestrucción, soledad, angustia, tristeza, culpa, vacío, ganas de morir, insomnio, autodesprecio, añoranza permanente de ese bebé que no nació por mí culpa, eso y más infelicidad reinó en mi vida por años.
Por mi arrepentimiento y gracias a Dios que es tan infinitamente Misericordioso y cuyo Amor no conoce de límites, obtuve su Perdón y por su Gracia conocí al Proyecto Mater en donde me ayudaron a cerrar las profundas, hondas y nefastas heridas que deja el aborto en el corazón y la psiquis de una mujer.
No conozco nada tan espantoso y repudiable como condenar a muerte al que es sangre de tu sangre, carne de tu carne y fruto de tus entrañas. ..nada.
Por lo que digo y reafirmo no importa tu edad, no importa las circunstancias ni la forma ni si estará enfermo ni lo que dirán, ni…no importa, apuesta a la vida . No dejes que te confundan, nunca un hijo es un error ni un castigo. Siempre es una bendición .
Apuesta por la Vida el resto se dará por añadidura.